¿Qué ha cambiado en el mundo tras la crisis?

El Departamento de análisis de Bankinter analizaba en su informe trimestral qué hemos aprendido con la crisis subprime y la quiebra de Lehman Brothers. Una vez analizado el desencadenante, los expertos se preguntan ahora "¿qué ha cambiado desde entonces?".
Los balances de las entidades financieras se han fortalecido significativamente y la regulación bancaria se ha endurecido a nivel internacional. Los criterios para calcular el endeudamiento de los bancos son más estrictos y el capital exigido es de mayor calidad. Se exigen colchones de capital adicionales en función del tamaño y los activos líquidos tienen un mayor peso en los balances.
El grado de supervisión es más alto. Los test de estrés son más severos y se presta más atención al gobierno corporativo y la gestión de riesgos. Todavía hay margen de mejora y es deseable alcanzar una mayor homogeneización en criterios contables y métodos de cálculo de APR –activos ponderados por riesgo-, pero valoramos positivamente los avances realizados.
Según los datos recopilados por la Federación Bancaria Europea, las principales ratios que miden la solvencia y el riesgo de las entidades ha mejorado significativamente. La ratio de capital CET 1 fully loaded, la de mayor calidad, de las entidades financieras europeas alcanza el 12,7% en 2015 (vs 5,3% en 2011) y la ratio de capital total el 15,8% (vs 8,1% en 2011). La ratio de liquidez LCR (“Liquidity Coverage Ratio”) es del 134% (vs 71% en 2011).
El peso de los activos improductivos –morosos y adjudicados- todavía es elevado en las economías periféricas, pero el aumento en las ratios de cobertura y la recuperación económica permitirán reducir el peso de estos activos y mejorar la rentabilidad del sector los próximos trimestres.
La contrapartida de unos tipos de interés tan bajos (cero/negativo) y los esfuerzos de recapitalización realizado por las entidades financieras es una rentabilidad (ROE) baja. El ROE medio de las entidades europeas es del 4,3% en 2015 aunque muestra signos de mejora (3,2% en 2014, 2,2% en 2013 y -0,9% en 2012).
En la eurozona, el ROE alcanza en el 7,4% pero hay grandes diferencias por países. Grecia (-24,2%), Chipre (- 7,6%) y Croacia (-6,8%) registran tasas negativas y Bélgica obtiene retornos de doble dígito (10,3%). Entre los principales países de la eurozona también hay grandes diferencias: Holanda (7,0%), Francia (6,8%), España (6,6%), Reino Unido (3,2%), Italia (3,1%) y Alemania (1,7%).
La política monetaria sigue siendo acomodaticia y la tasa de paro en las principales economías desarrolladas (EE.UU, Reino Unido, Alemania…) alcanza mínimos históricos. La inversión empresarial se reactiva, el comercio global aumenta y no se identifican presiones salariales importantes. Los índices de actividad y confianza evolucionan positivamente y los estímulos monetarios irán perdiendo protagonismo de manera gradual.
Los principales bancos centrales quieren normalizar la política monetaria, pero las tasas de Inflación se mantienen alejadas de sus objetivos a largo plazo, Reino Unido es una excepción. Así que prefieren realizar una política prudente para evitar sobresaltos en los mercados de deuda y mantener unas condiciones de financiación atractivas.
El ciclo económico está en fase de expansión a nivel global y los riesgos que afectan al crecimiento están equilibrados – salvo excepciones-. La situación geopolítica es complicada, la gestión del brexit genera incertidumbre y el cambio de modelo en China tiene consecuencias en los mercados de materias primas y en las perspectivas de inflación. A pesar de ello, los indicadores adelantados de actividad anticipan un escenario económico positivo y las perspectivas de los empresarios y consumidores son buenas para los próximos trimestres.
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